El inicio de un nuevo año siempre nos invita a reflexionar sobre lo que hemos vivido y a abrir nuestro corazón a lo que está por venir. En este 2025, la Iglesia nos llama a florecer en la fe, a crecer en esperanza y caridad, y a caminar con confianza en la providencia de Dios.
Florecer no es solo un acto físico, sino también espiritual. Así como una planta necesita agua, luz y cuidado, nuestra alma necesita de la oración, los sacramentos y la Palabra de Dios. Este es el tiempo para regar nuestras raíces espirituales con la gracia divina y dejar que el Señor nos transforme en instrumentos de Su amor.
Cultivar la fe en la oración
El Papa Francisco nos recuerda que la oración es "el aliento del alma". Comencemos este año dedicando un tiempo diario para hablar con Dios. Puede ser un rosario, una breve lectura del Evangelio o simplemente un momento de silencio en Su presencia. Si dejamos que Él guíe nuestros días, floreceremos en confianza y fortaleza.