En este tiempo de Adviento, somos llamados a preparar el camino del Señor, a enderezar los senderos de nuestro corazón para recibir a Aquel que viene a traernos paz y salvación. Como dijo el profeta Isaías: 'Una voz clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios' (Isaías 40,3).
La Navidad no es solo un recuerdo del nacimiento de Jesús; es un llamado a dejar que Cristo nazca nuevamente en nosotros. ¿Qué camino estamos preparando? ¿Qué piedras debemos remover para que el amor y la misericordia de Dios puedan fluir libremente en nuestras vidas?
Hoy, pongámonos en marcha con fe, esperanza y caridad. Preparemos nuestros corazones para que, cuando llegue la noche santa, podamos recibir al Emmanuel, Dios con nosotros, con gozo y gratitud. El Señor está cerca: preparémonos para encontrarnos con Él.