Si no lo perdemos todo no lo podemos ganar todo. La Sagrada Escritura está llena de esas imágenes de perder para ganar. Los discípulos cuando tuvieron su encuentro con Jesús en el mar adentro dejaron sus redes, siguieron al Señor. Zaqueo dejo sus riquezas. Job perdió su concepto sobre el Señor para encontrarse de verdad con El en medio del sufrimiento. Jamás perderemos con la Gracia de Dios.