Génesis significa nacimiento o comienzos. Este libro contiene los registros de la creación; el jardín del Edén, los antediluvianos, o las personas que vivieron antes del diluvio; el diluvio; la torre de Babel; la dispersión de las razas; y las vidas de los patriarcas-Abraham, Isaac, Jacob, y José. El sistema patriarcal es el gobierno por el varón que era la cabeza del clan. Génesis ha sido llamado “el libro de los orígenes,” pues todos los otros libros de la Biblia surgen de él.

Este libro "de los orígenes", revela la propia naturaleza y el carácter de Dios, y abarca desde el inicio de la maravillosa creación del mundo y la humanidad hasta el comienzo del pueblo elegido, pasando por categóricos sucesos como: la entrada del pecado y el perdón; el crecimiento y el desarrollo de la humanidad; la dispersión de las razas; la redención del pueblo escogido y la salvación a través del Mesías prometido; la vida de Abraham, Isaac, Jacob y José, y su sistema de gobierno patriarcal.



Génesis es un libro apasionante, lleno de historias inolvidables que introducen gente fascinante y detallan eventos asombrosos. Su importancia radica en que es el fundamento de todo lo que continua en las páginas de las Escrituras.

Es importante dividir en dos el libro de Génesis para su estudio:

En los primeros once capítulos hay una vista panorámica, cubriendo cuatro eventos principales: la creación, la caída de la humanidad, el diluvio y el posterior nacimiento de las primeras naciones. En los siguientes treinta y nueve capítulos —del 12 al 50—, el foco principal será́ una familia: Abraham, Isaac, Jacob/Israel y sus descendientes. Dios llamó a esta familia para sí mismo con el fin de poder bendecir a todas las familias de la tierra (Gén 12, 2).

Ver PDF

Debemos prestarle atención especialmente al enfoque que este libro hace en la relación entre Dios y la humanidad, el quiebre producido en el jardín, y la restauración por medio de sacrificios y encuentros personales con Dios. A través de las diferentes narraciones de la historia, Génesis ilustra ciclos de pecado y arrepentimiento, y muestra a Dios obrando continuamente para cumplir sus planes.