En alguna ocasión, seguramente hemos escuchado el relato de cómo Jesús cura a un paralítico en Cafarnaún. Este pasaje encontramos en el Evangelio de Marcos y también aparece en Lucas y Mateo.

San Marcos 2, 1 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios? 8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

El texto evangélico nos cuenta que en una casa hay mucha gente reunida para escuchar a Jesús. Allí se encuentra un paralítico que, a causa del gentío, no logra llegar hasta Él. Pero gracias a la acción de un grupo de personas que abren el techo y descuelgan su camilla, Jesús cura al paralítico al ver su fe.

Algunos escribas que se encuentran en el lugar, al escuchar que Jesús le dice al paralítico: «tus pecados te son perdonados», piensan que es un blasfemo, porque solo Dios puede hacer tal cosa.

¿Te interesa ver esta predica?

Me santifico en la enfermedad.

Pero Jesús les reitera que el Hijo del hombre tiene ese poder en la tierra. Luego, invita al paralítico a que tome su camilla y se vaya a casa, dejando asombrados a los presentes quienes dan gloria a Dios.

Hoy te voy a mencionar algunas enseñanza.