Nuestra vida está llamada a ser una alabanza, a reconocer la grandeza del amor y la misericordia de Dios Padre en todo, tanto en lo agradable como en lo desagradable, a entonar cantos que hablen de su poder y de su  gloria, manifestada en cada respiro, en cada persona y en cada circunstancia que nos permite vivir. Hoy tenemos el testimonio de la canta autora católica guatemalteca Susy Figueroa.