SEÑOR DIOS, al comenzar esta reunión queremos que estés presente en nuestra vida. Que las tareas que realicemos tengan un sentido solidario y no sean sólo para beneficio nuestro, sino para que podamos servir a los demás con un espíritu nuevo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Jesús es solidario con nuestro dolor, porque Él es el Dios que llora con los que llora, el Dios que sufre con los que sufren, es el Dios solidario con los hombres. No creamos que este momento de dolor para todos nosotros, el Señor nos ha abandonado y es indiferente a lo que pasa. Hoy el Señor te dice, Levántate y Anda.