El lazo de boda es uno de los rituales más tradicionales en las ceremonias católicas. Este símbolo representa el vínculo inquebrantable entre los novios y, de esta manera, la magia del amor queda plasmada en un simbólico cordoncito. ¡Tomen nota! La circunferencia de los anillos de compromiso y las alianzas matrimoniales representan el amor eterno. El velo y el blanco del vestido de novia se interpretan como símbolos de pureza. Las arras invocan a la prosperidad y a la generosidad de la pareja y cada especie de flor que adorna el camino hacia el altar tiene un significado. En todas las ceremonias hay elementos simbólicos que no pueden faltar. Uno de los más representativos de las bodas católicas es el lazo matrimonial. ¿Saben qué representa?

¿Qué significa el lazo de boda?

En una boda, el lazo representa visualmente el vínculo inquebrantable entre los novios, esa fuerza que los une y la aparta del resto del mundo, protegiéndolos y vigorizando su alianza.

Es la traducción material de esa conexión que solo ellos dos comparten. Tradicionalmente, los padrinos de lazo lo colocan sobre los hombros del novio y de la novia, respaldando sus promesas. Estos padrinos suelen ser una pareja muy querida por los novios y que lleva mucho tiempo junta o cuya relación es  estable y duradera. De esta forma, se acostumbra que los encargados de enlazar al nuevo matrimonio sean una pareja con experiencia y fortaleza en su propia relación.

¿De dónde viene la tradición?

Esta tradición tiene orígenes muy antiguos. San Isidoro de Sevilla la describe como parte del ritual toledano de matrimonio, vigente en la Temprana Edad Media en parte del territorio de la actual España. Pese a que este rito fue oficialmente suprimido en el siglo XI, algunas diócesis católicas lo mantuvieron y después, atravesaron el océano en tiempos coloniales.