SEÑOR DIOS, al comenzar esta reunión queremos que estés presente en nuestra vida. Que las tareas que realicemos tengan un sentido solidario y no sean sólo para beneficio nuestro, sino para que podamos servir a los demás con un espíritu nuevo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
La dificultad habitual para la oración es la distracción, que separa de la atención a Dios, y puede incluso descubrir aquello a lo que realmente estamos apegados. Nuestro corazón debe entonces volverse a Dios con humildad. Muchas veces reconocemos el bien, pero no somos capaces de hacerlo. Con la oración, lo conseguimos.
Que lindo es levantarte en la mañana y reconocer que si despertaste es porque Dios así lo quiso. ¿Cuánta gente hubiera deseado despertar este día y no pudieron?, ¿Cuántos hubieran querido vivir un día mas y no lo lograron?, pero que lindo es saber que Dios ha tenido misericordia de nosotros.
1 Tesalonicenses 5, 18
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.