El 27 de Febrero del 2002 Monseñor Rodolfo Quezada Toruño, Arzobispo de Guatemala y Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, calificaba el anuncio de la tercera visita del Papa Juan Pablo II a Guatemala como "un milagro del Señor de Esquipulas".
El Arzobispo, que participó del Consistorio que fijó la fecha para la canonización del primer santo guatemalteco, señaló desde el Vaticano a la prensa local que en la Santa Sede "ha llamado mucho la atención que el Santo Padre viaje a Guatemala por tercera vez". "Siendo un país tan pequeño es una verdadera sorpresa, sobre todo cuando hay países más grandes a donde no ha vuelto a viajar o que nunca ha visitado", señaló.
Mons. Quezada Toruño señalaba además que esta visita debía ser aprovechada como "una oportunidad maravillosa para que los guatemaltecos unamos nuestros corazones en la fe y preparemos la bienvenida del Santo Padre".
Alegría generalizada
Como se acostumbra en los festejos de días importantes, los fieles quemaron cohetes para celebrar el anuncio. En la Asociación de Obras Sociales del Hermano Pedro, la "buena nueva" se comunicó con megáfono a los doscientos internos. "Vibramos de emoción, porque era algo que esperábamos desde hace tiempo", dijo Fray José Contrán, director de la institución.
En la iglesia de San Francisco el Grande, donde reposan los restos del futuro santo, se escuchó el repique de campanas, y a las 6 horas y 12 horas se quemaron bombas pirotécnicas y cohetes. Además en todas las iglesias de la capital las campanas repicaron a las 18 horas.
La alegría fue reconocida incluso por el ex dictador y militante evangélico Efraín Ríos Montt, actual presidente del Congreso. "Es muy importante para la feligresía católica que venga su pastor a verla. Me alegra su visita, porque Guatemala es un pueblo católico en general", señaló el general retirado.
Por su parte, el Presidente Alfonso Portillo y el Vicepresidente Juan Francisco Reyes López ofrecieron una conferencia de prensa en el Salón de los Espejos de la Casa Presidencial, donde calificaron el viaje del Sumo Pontífice como "una visita oportuna para la paz y la democracia".
El mandatario indicó además que remitió una carta al Nuncio Apostólico, Mons. Ramiro Moliner, agradeciendo la decisión del Papa Juan Pablo II de aceptar la invitación. "La hermosa noticia de la llegada del Papa Juan Pablo II nos llena de alegría", señaló.